martes, 1 de enero de 2013






CANASTA BASICA.



¡ Hola, mi amado Jesús !  ¿Cómo estás?...  
Te escribo  para  saludarte y  porque  ahora tengo necesidad  de surtirme,  pues la -"Canasta básica"-, con que  me mandaste al mundo, se me ha ido agotando a lo largo de estos años.   
Por ejemplo, la paciencia se me acabó por completo, igual que la prudencia y la tolerancia.  
Me quedan ya solo muy poquitas esperanzas y el frasco de la fe, también se encuentra vacío.  
La imaginación se me ha ido escaseando por estos rumbos, así que quisiera pedirte nuevos productos para surtir mi canasta.  
Para empezar, me gustaría que rellenaras antes que nada los frascos de la paciencia y la tolerancia -pero hasta el tope-, y mándame por favor el curso intensivo, "Cómo ser mas prudente"  en sus volúmenes 1, 2 y 3. 
Envíame por favor, varias bolsas grandes, pero "en verdad bien grandes", de madurez  que  tanta falta me hace.
Quisiera pedirte también un costal de sonrisas, de esas que alegran el día a cualquiera.  Igual te pido que me mandes dos piedras grandes y pesadas para atarlas a mis pies, a fin de tenerlos siempre sobre la tierra.  
Si conservas por ahí guardada una brújula para orientarme y tomar el camino correcto en todo, te la agradecería sobremanera.  Regálame imaginación de nuevo; pero no demasiada, porque debo confesar que en algunas ocasiones tomé grandes cantidades y me empachó.   
Unas nuevas ilusiones y una doble ración de fe y esperanza también me caerían de perlas.
Te pido también una paleta de colores para pintar mi vida cuando la vea gris o la sienta oscura.  Me sería muy útil un bote de basura para tirar todo lo que me hace daño.  Por favor mándame un pomito con “merthiolate” y una caja de curitas para sanar mi corazón, porque últimamente ha tropezado bastante y me parece que tiene muchos raspones.  
Te pido también unas frescas zanahorias, para tener buena vista y no dejar pasar las oportunidades por no alcanzar a verlas. 
Necesito también un reloj grande, muy grande, para que cada vez que lo vea me acuerde de inmediato que el tiempo corre y no debo desperdiciarlo.  
Podrías mandarme muchísima fuerza y seguridad en mí mismo, sé que voy a necesitarlas para poder soportar tiempos difíciles y para levantarme sin problemas cuando caiga.  Igual quisiera un frasco de pastillas de las que hacen que crezca la fuerza de voluntad y el empeño, para que me vaya bien en la vida; y te pido unas tres o cuatro toneladas de "ganas de vivir", para cumplir mis sueños.  No olvides que necesito una pluma con mucha tinta, para escribir mis logros y mis fracasos; es importante.
Pero más que nada, te pido que me des 'Vida', mucha vida, para lograr todo lo que tengo en mente y para que veas que no desperdicio el tiempo que me diste aquí en la Tierra.  
De antemano te agradezco lo poco o mucho que me puedas enviar, y te agradezco al doble todo lo que me diste la primera vez que oré por ello.  
Con mucho cariño; te adora tu hijo . . .   (Yo).


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