"OPTIMISMO"  (Política actual).

                                                             

                                               

"OPTIMISMO".     Por: Ignacio Lapuente Rodarte.

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En las últimas semanas se ha generalizado una corriente de optimismo.  Se menciona que Peña Nieto ha formado un Gabinete con personas experimentadas, se exalta el Pacto por México, la salud de las finanzas públicas federales, la intensión de grupos y fondos de inversión internacionales dispuestos a participar en el desarrollo del país, etc.

Se aprecia que el entorno para México es favorable, después de 12 años de gobiernos omisos en aspectos fundamentales.  La oleada de entusiasmo, encontrará duras resistencias. Actualmente las autoridades no tienen bajo su control todos los elementos para lograr una gestión exitosa, hay otros participantes de peso en la cancha que juegan en contra del desarrollo nacional.  La debilidad del andamiaje institucional es un impedimento para llevar a buen término muchos programas.  Es evidente que carecemos de Instituciones sólidas para que aterricen los enunciados del Pacto y de la propia propuesta gubernamental.  Se requiere de mucho más que declaraciones optimistas y buena voluntad para llevarlos a cabo.  

Un desafío para el gobierno es apuntalar las diferentes áreas de la estructura pública en tiempo récord, lo cual se mira cuesta arriba, por el grado de descomposición en que se encuentran; además deben atemperar los diferentes intereses del partido en el poder y propiciar que la oposición que se ha sumado al acuerdo, haga lo propio, de otra manera no se podrán iniciar los trabajos para la recomposición del país.

Tenemos pocas herramientas para construir un andamiaje público confiable, la raquítica institucionalidad que tenemos, está devastada.  Si no ofrecemos una institucionalidad doméstica robusta, será imposible proporcionarles la certeza que requieren los actores externos que desean sumarse a la coyuntura favorable que tenemos.

DE REGRESO AL CENTRALISMO.  En los pocos años que llevamos de hacer realidad la autonomía de Estados y Municipios se cometieron excesos que llevará tiempo subsanar.  Abrimos la llave de los recursos, sin el contrapeso de una legislación y control adecuados.  Actualmente, la mayoría de ellos, cuentan con estrechos márgenes de maniobra, las administraciones anteriores hipotecaron muchos de los ingresos futuros sin mediar responsabilidad alguna.

De hecho, no de derecho, la Federación retomará el control del gasto público para equilibrar, jerarquizar y retomar el control de las inversiones y del endeudamiento público; el péndulo regresa al poder central.  Es una regresión forzada por la inmadurez de la democracia mexicana.  Este nuevo entorno le regresa al Ejecutivo federal, una buena parte del poder perdido, no por la vía del autoritarismo, sino por el de la insolvencia en que se encuentran, provocada por la falta de cuadros de calidad para sustentar la autonomía.

PIFIA.  La promesa de campaña de Peña Nieto, de hacer públicas las declaraciones patrimoniales de él y de su Gabinete, resultaron una tomadura de pelo.  Es una mala señal.  La Sociedad espera que se cumplan a cabalidad los compromisos y las promesas.  Es un error caer en simulaciones burdas para llenar el expediente.  Lo que procede es convencer con solvencia.

LA SEGURIDAD.  En los círculos oficiales ya no se habla de inseguridad, pero el silencio no resuelve la resuelve.  El tema está vigente; hay una escalada de delitos del fuero común y federal. Mientras los Estados y Municipios no acaten como parte de su obligación dar seguridad a la sociedad, continuará la incertidumbre y los elevados costos que trae aparejados.

El triunfalismo que proclaman algunos es precipitado, el magro avance en algunos rubros no lo justifica; aún no se vislumbran resultados concretos, la reticencia de los diversos poderes fácticos está presente.

Las propuestas de mayor envergadura: la Fiscal, la Energética, la de la Salud y las Comunicaciones, serán mucho más complicadas.

Es prudente mesurar las declaraciones y moderar el entusiasmo.  Los Gobiernos son proclives al auto elogio.  Es inadecuado alardear cuando aún no puede acreditar el buen resultado de una misión con los hechos.  Los reflectores de los Medios de Comunicación masiva, no se deben usar para el lucimiento de los servidores públicos, sino para argumentar, informar y rendir cuentas en forma transparente.

La calificación al desempeño de un Gobierno la decide la Sociedad, no los que están involucrados en el mandato.

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Opinión de un 'viejo' amigo y ex-compañero de trabajo hace años, a quién volví a encontrar hace poco, gracias a estas Redes Sociales, y cuyo contenido pongo a su consideración.  Mil gracias.  Como siempre; atentamente, ALF, el tapatío, su amigo.