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Este interesante libro, es una bella descripción de tradiciones tan nuestras como "el charro", "las posadas", "la china poblana", "los ríos subterráneos", "los Reyes y la rosca", "el árbol del tule", "los Voladores prehispánicos" y otras. Por los títulos, se aprecia que no se limita a una sola región, ni se circunscribe a la "Charrería" o a la "Música", sino que abarca todo nuestro territorio, desde el norteño alegre de la redoba, el cabrito, la comida "tex-mex" y los "chicanos" de exacerbado amor a sus raices, hasta el sur-sureste, romántico y enigmático, heredero del mundo maya de "Kukulcán", del pájaro "Jucuy" y sus maravillosos y únicos "Cenotes sagrados"; de las alegres huastecas del levante, donde reina y se zapatea el "huapango" y se marca el "danzón", al Occdte., tierra de los "Charros" de Jalisco, cuna del "Mariachi" (con mayúscula), de los sones y el "Tequila", y de Nayarit, Sinaloa y Sonora donde alegra la tambora, se consume cerveza al por mayor y se brinda con "raicilla" y "bacanora".
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En la introducción del libro, el autor hace un intento en los jóvenes en edad y en los que ya no lo son, que califica él mismo de "desesperado", por derramar entre su sangre impetuosa el sabor exquisito de nuestra identidad nacional, ¡ nuestra mexicanidad !, ya que en verdad no tenemos por qué buscar en otros caminos ni intrincados senderos, lo que nos acredite dignamente.
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Es pués, un desgarrado sueño, una esperanza viva en cada amanecer, una sed incontenible por entablar una emocional comunión en el reencuntro con "lo nuestro", para revestirnos con sano orgullo del gran amor a su música y el canto, y a todo lo que constituyen las tradiciones del México de nuestros amores, tierra con cenizas de antepasados y fértil para la simiente que debemos sembrar y trabajar con ahínco.
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Ampliamente se los recomiendo a quienes quieran saber más de ese México tan nuestro, lleno de vida, de tradiciones, de alegrías y de tristezas donde muchos de nosotros nacimos y tenemos la Fe puesta en morir en sus fértiles tierras como nuestros orgullosos ancestros.
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En la introducción del libro, el autor hace un intento en los jóvenes en edad y en los que ya no lo son, que califica él mismo de "desesperado", por derramar entre su sangre impetuosa el sabor exquisito de nuestra identidad nacional, ¡ nuestra mexicanidad !, ya que en verdad no tenemos por qué buscar en otros caminos ni intrincados senderos, lo que nos acredite dignamente.
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Es pués, un desgarrado sueño, una esperanza viva en cada amanecer, una sed incontenible por entablar una emocional comunión en el reencuntro con "lo nuestro", para revestirnos con sano orgullo del gran amor a su música y el canto, y a todo lo que constituyen las tradiciones del México de nuestros amores, tierra con cenizas de antepasados y fértil para la simiente que debemos sembrar y trabajar con ahínco.
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Ampliamente se los recomiendo a quienes quieran saber más de ese México tan nuestro, lleno de vida, de tradiciones, de alegrías y de tristezas donde muchos de nosotros nacimos y tenemos la Fe puesta en morir en sus fértiles tierras como nuestros orgullosos ancestros.
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Con mi afecto para todos Ustedes... ALF, el Tapatío, su siempre amigo y seguro servidor.
La Torre de Palenque, es un bello dibujo a lápiz de mi buen amigo J. de Jesús González Badillo a quién doy las gracias por tantas atenciones que tiene para conmigo.
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